domingo, 23 de diciembre de 2012

Cuarto Domingo de Adviento

Sugerencia pastoral para el Cuarto Domingo de Adviento

1. La amistad de Dios. Este domingo es una cordial invitación para renovar los lazos de amor y de amistad con Dios Nuestro Señor. "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a Su Hijo como propiciación por nuestro pecados" (1 Jn 4, 10). Al contemplar cómo Dios nos ama y nos busca y nos envía a su Hijo, debería nacer en nuestro corazón un sentimiento de gratitud y confianza. El Señor nos ama con un amor indefectible. Hoy en día hay muchas personas que sufren desesperación, depresión, abatimiento; han perdido la razón de su vida, situaciones matrimoniales inconciliables, rupturas familiares, vidas abandonadas en el pecado. De frente a esta realidad humana con su terrible realismo y dureza, de frente al misterio del pecado del hombre y de frente al misterio de la muerte, está el amor de Dios que es más grande que todo mal. El amor de Dios es eterno y su misericordia es eterna. Hagamos una experiencia profunda del amor de Dios. Sintamos que nuestras vidas, aunque heridas por el pecado y múltiples contradicciones, están en las manos de Dios y que lo bueno para nosotros es "estar junto a Dios".
Catholic.net

"Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti; te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de ti; te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por ti. Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras".
Oración atribuida a Clemente IX


No hay comentarios:

Publicar un comentario