domingo, 31 de marzo de 2013

Cristo triunfo sobre la muerte


Autor: Teresa Fernández | Fuente: Catholic.net
Domingo de Resurrección


La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Contempla los lugares donde Cristo se apareció después de Su Resurrección


Importancia de la fiesta
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.
En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? 
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.
San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)
Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.
Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.
La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.
Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.
Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.

FELICES PASCUAS


sábado, 30 de marzo de 2013

Primera vigilia pascual del papa Francisco


El papa Francisco encabezó hoy su primera vigilia de pascual como Sumo Pontífice. En un acto lleno de emotividad en la Basílica San Pedro, bautizó a cuatro personas adultas que se convirtieron al catolicismo.
Durante su homilía, el Papa expresó que “Jesús no ha muerto, ha resucitado” y señaló que "él siempre nos sorprende”.
"No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos", pidió el Papa. "Acepta que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ­¡es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso, te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado", afirmó.
Francisco sostuvo: "Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere". 
"A menudo, la novedad nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae. Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Él nos sorprende siempre", dijo el Papa. 
En la llamada “liturgia de la luz”, Francisco expresó que "los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura" porque "es ahí donde está la muerte".
“Caminen como hijos de la luz”, instó el Sumo Pontífice desde la Basílica San Pedro, desde donde llamó a no cerrarse a la noverdad porque “esta transforma”, dijo durante la ceremonia que duró menos de lo habitual (se estilaba que fuera una misa de tres horas), tal como había adelantado el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.

Sábado Santo


La iglesia permanece junto al sepulcro del Señor

"Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro.Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."
El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.
Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13).
Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:
"...se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero".
Vigilia Pascual
La celebración es el sábado por la noche, es una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición (Ex. 12, 42), de manera que los fieles, siguiendo la exhortación del Evangelio (Lc. 12, 35 ss), tengan encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, los encuentre en vela y los haga sentar a su mesa.
La Vigilia Pascual se desarrolla en este orden:
Breve Lucernario


Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.

Liturgia de la Palabra
En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, media las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.
Liturgia Bautismal
Se llama a los catecúmenos, quienes son presentados ante el pueblo por sus padrinos: si son niños serán llevados por sus padres y padrinos. Se hace la renovación de los compromisos bautismales.
Liturgia de la Eucaristía
Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo. En él participan por primera vez los neófitos.


Toda la celebración de la Vigilia pascual se realiza durante la noche, de tal manera que no se vaya a comenzar antes de iniciarse la noche, o se termine la aurora del Domingo.



La Misa, aunque se celebre antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Los que participan en esta misa, pueden volver a comulgar en la segunda Misa de Pascua.



El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa. Prepárense cirios para todos los que participan en la Vigilia.-

Fuente :http://www.aciprensa.com

jueves, 28 de marzo de 2013

Celebración del Viernes Santo


La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.
Con la Pasión de Jesús según el Evangelio de Juan contemplamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo Amado, de la Madre, del soldado que le traspasó el costado. 
San Juan, teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Todo es digno, solemne, simbólico en su narración: cada palabra, cada gesto. La densidad de su Evangelio se hace ahora más elocuente.
Y los títulos de Jesús componen una hermosa Cristología. Jesús es Rey. Lo dice el título de la cruz, y el patíbulo es trono desde donde el reina. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes. Es el nuevo Adán junto a la Madre, nueva Eva, Hijo de María y Esposo de la Iglesia. Es el sediento de Dios, el ejecutor del testamento de la Escritura. El Dador del Espíritu. Es el Cordero inmaculado e inmolado al que no le rompen los huesos. Es el Exaltado en la cruz que todo lo atrae a sí, por amor, cuando los hombres vuelven hacia él la mirada.
La Madre estaba allí, junto a la Cruz. No llegó de repente al Gólgota, desde que el discípulo amado la recordó en Caná, sin haber seguido paso a paso, con su corazón de Madre el camino de Jesús. Y ahora está allí como madre y discípula que ha seguido en todo la suerte de su Hijo, signo de contradicción como El, totalmente de su parte. Pero solemne y majestuosa como una Madre, la madre de todos, la nueva Eva, la madre de los hijos dispersos que ella reúne junto a la cruz de su Hijo. Maternidad del corazón, que se ensancha con la espada de dolor que la fecunda.
La palabra de su Hijo que alarga su maternidad hasta los confines infinitos de todos los hombres. Madre de los discípulos, de los hermanos de su Hijo. La maternidad de María tiene el mismo alcance de la redención de Jesús. María contempla y vive el misterio con la majestad de una Esposa, aunque con el inmenso dolor de una Madre. Juan la glorifica con el recuerdo de esa maternidad. Ultimo testamento de Jesús. Ultima dádiva. Seguridad de una presencia materna en nuestra vida, en la de todos. Porque María es fiel a la palabra: He ahí a tu hijo.
El soldado que traspasó el costado de Cristo de la parte del corazón, no se dio cuenta que cumplía una profecía y realizaba un último, estupendo gesto litúrgico. Del corazón de Cristo brota sangre y agua. La sangre de la redención, el agua de la salvación. La sangre es signo de aquel amor más grande, la vida entregada por nosotros, el agua es signo del Espíritu, la vida misma de Jesús que ahora, como en una nueva creación derrama sobre nosotros.
LA CELEBRACIÓN
Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo. El altar luce sin mantel, sin cruz, sin velas ni adornos. Recordamos la muerte de Jesús. Los ministros se postran en el suelo ante el altar al comienzo de la ceremonia. Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente que implora perdón por sus pecados.
Van vestidos de rojo, el color de los mártires: de Jesús, el primer testigo del amor del Padre y de todos aquellos que, como él, dieron y siguen dando su vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece.
Fuente: http://www.aciprensa.com

Actividades del Papa Francisco en Viernes Santo


  El Papa Francisco encabezará este viernes las actividades del Viernes Santo, que incluyen la celebración de la Pasión de Cristo que se desarrollará en la Basílica de San Pedro y, posteriormente, el Vía Crucis que se realizará en el Coliseo Romano.
   Durante el Viernes Santo, la grey católica rememora la crucifixión y muerte de Cristo, por lo que las dos actividades previstas para la jornada giran en torno a esos hechos, y siendo el Vía Crucis, que tendrá lugar en los alrededores del imponente Coliseo romano, un momento de especial emotividad para los creyentes.
   A esa cuestión debe sumarse la expectativa que genera la participación del papa Francisco en su primer Semana Santa, quien desde que asumió el ministerio Petrino, realizó diversos gestos por fuera del protocolo habitual de los papas que sorprendieron dentro y fuera del Vaticano.
   Esas impresiones se acrecentaron luego del anuncio y la realización de la ceremonia del "lavado de pies" en un instituto penitenciario juvenil de las afueras de Roma, siguiendo Francisco con la costumbre que adoptara durante sus años al frente de la arquidiócesis de Buenos Aires.
   También como cardenal primado, Bergoglio participó activamente de los Vía Crucis desarrollados en la céntrica avenida de Mayo de Buenos Aires, por ese motivo medios italianos especulan con que el papa no abandonará esa actitud y podría portar la cruz en algún tramo del Vía Crucis.

domingo, 24 de marzo de 2013

"Vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo"


ROMA.- Al presidir hoy ante 200.000 personas la misa de Domingo de Ramos, que abre las celebraciones de Semana Santa, Francisco llamó a "vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo" y a no creer "en el maligno que nos dice que no podemos hacer nada contra la violencia, la corrupción, la injusticia". Además, saliéndose del texto preparado, el Papa argentino que ha cautivado por su simplicidad y espontaneidad pidió: "¡por favor, no se dejen robar la esperanza que nos da Jesús!".
"Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad!", exclamó Francisco, el primer papa argentino, en una homilía simple y clara en la que por primera vez denunció "guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación". Al hablar de la sed del dinero y de la corrupción, fiel a su estilo, Francisco volvió a improvisar: "mi abuela nos decía a los chicos, el sudario no tiene bolsillos".
Francisco destacó pecados personales como "la falta de amor y de respeto a Dios, al prójimo ya toda la creación" y explicó que "Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección".
En un mensaje de esperanza, el papa venido del fin del mundo, que al principio de la celebración apareció muy concentrado, rezando, pero sereno, dijo: "Con Cristo, con el bien, todos podemos vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo". "¿Nos sentimos débiles, inadecuados, incapaces? Pero Dios no busca medios potentes: es con la cruz con la que ha vencido el mal", agregó.

sábado, 23 de marzo de 2013

Domingo de Ramos

Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net

Domingo de Ramos

Recibieron a Cristo mientras entraba a la ciudad con palmas y ramos en muestra de que era el Mesias



 Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes. 

Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!" 

Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.

La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.

Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte. 

Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.

¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas? 

Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.

Explicación de la Misa del Domingo de Ramos

La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Invitación a la Jornada de Convivencia


MOVIMIENTO
DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD
 CAFAYATE
Casa Parroquial                                   Tel: 03868-421034
Ntra. Sra. del Rosario Nº 63      Cafayate – Salta



Cafayate, Marzo de 2013





Dice el Señor :
“No son ustedes los que me eligieron,
sino yo el que los elegí
y los destiné para que vayan y den fruto,
y ese fruto sea duradero”



 Queridos hermanos en Xto


Tenemos el agrado de invitarlos a participar de la “Convivencia”  que se realizará en Cafayate, el 23 de Marzo en El Quincho del Hornito, de la Banda de Arriba
PROGRAMA:
8.30 a 10:00 hs. Recepción  y desayuno  
10:00 a 12:00 hs Rollitos  
12,30 hs Almuerzo a la canasta
15:30 hs Trabajo en grupo
17:00hs Misa
18.00 hs Merienda
19:00 hs Despedida


Todos sabemos lo bien que hizo en nosotros el Cursillo. También sabemos la importancia que tiene en nuestro 4to. día, mantener viva la Gracia que nos inundara entonces.
¡ES PRECISO REACTUALIZAR TODO AQUELLO.!
¡ LOS ESPERAMOS!
Que nuestro Señor Jesús, y María los bendigan.-

martes, 19 de marzo de 2013

Homilía inicial del Ministerio Petrino del Papa Francisco



Ceremonia de inicio del Ministerio Petrino del Papa Francisco


A continuación transcribimos el texto completo de la homilía del Papa Francisco, en la misa inicial de su ministerio:
"Queridos hermanos y hermanas:
Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mi venerado predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud.
Saludo con afecto a los hermanos cardenales y obispos, a los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos. Agradezco por su presencia a los representantes de las otras iglesias y comunidades eclesiales, así como a los representantes de la comunidad judía y otras comunidades religiosas. Dirijo un cordial saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a las delegaciones oficiales de tantos países del mundo y al Cuerpo Diplomático.
Hemos escuchado en el Evangelio que "José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer" (Mt 1,24). En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custos, custodio. Custodio ¨de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: "Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo" (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1).
¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús.
¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio; y eso es lo que Dios le pidió a David, como hemos escuchado en la primera lectura: Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu. Y José es "custodio" porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación.
Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra San Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios.
Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.
Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos "custodios" de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para "custodiar", también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.
Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.
Hoy, junto a la fiesta de San José, celebramos el inicio del ministerio del nuevo Obispo de Roma, Sucesor de Pedro, que comporta también un poder. Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¨de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar.
En la segunda lectura, San Pablo habla de Abraham, que "apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza" (Rm 4,18). Apoyado en la esperanza, contra toda esperanza. También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza. Custodiar la creación, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza. Y, para el creyente, para nosotros los cristianos, como Abraham, como san José, la esperanza que llevamos tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo, está fundada sobre la roca que es Dios.
Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado.
Imploro la intercesión de la Virgen María, de San José, de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, de San Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos vosotros os digo: Recen por mí. Amén".



lunes, 18 de marzo de 2013

La agenda de la ceremonia del Papa Francisco

Cómo será la Misa del Inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma

Una celebración cargada de símbolos que recuerdan el vínculo del Papa con San Pedro, como sucesor suyo, empezando por el lugar donde se lleva a cabo: la Plaza, donde según la tradición fue martirizado Pedro

 
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, ha centrado hoy su reunión informativa con los periodistas sobre dos temas: las primeras audiencias del Papa Francisco y los detalles de la Misa del inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma.

La Conferencia ha estado dedicada, sobre todo, a explicar cómo se desarrollará la Misa del Inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma.

"Este es el nombre correcto de la ceremonia- ha dicho Lombardi-, no el de entronización, ni el de inauguración. El Papa es, como sucesor de Pedro, el Obispo de Roma, y la Iglesia de Roma, preside a las demás en la caridad. Por otra parte, es una celebración cargada de símbolos que recuerdan el vínculo del Papa con San Pedro, como sucesor suyo, empezando por el lugar donde se lleva a cabo: la Plaza, donde según la tradición fue martirizado Pedro".

Cómo se colocarán los participantes en la Misa

"A la entrada de la basílica y a la izquierda, los arzobispos y obispos -alrededor de 250-y las delegaciones de otras iglesias y confesiones cristianas. A la derecha, las delegaciones de los diversos países encabezadas por los jefes de Estado, ministros, etc... En la zona de la estatua de San Pedro ( a la derecha) las delegaciones de las otras religiones: judío, musulmanes y de otras religiones; a continuación, sacerdotes y seminaristas (1200). En la zona de San Pablo, (a la izquierda), cuerpo diplomático y otras autoridades. En el resto de la Plaza, las personas de pie, sin entradas. Se prevé una participación muy numerosa".




Inicio de la ceremonia

  • El Papa saldrá de la Casa Santa Marta, alrededor de las 8,50 y dará una vuelta en jeep o papamóvil entre la multitud de la Plaza, saludando a las personas en las distintas zonas.
  • Para vestirse volverá a la sacristía -al lado de la estatua de La Piedad- hacia las 9,15. Está previsto que la Misa comience a las 9,30.
  • Por cuanto respecta al inicio de la ceremonia, el Papa, una vez entrado en la basílica se dirige a la Confesión (la tumba de San Pedro, bajo el altar central), mientras las trombas de plata tocan, y suena el "Tu es Petrus".
  • El Papa venera la tumba de San Pedro, junto con los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas (son 10, de los cuales 4 cardenales).
  • Cerca de la tumba se encuentran el anillo del pescador, el palio, y el evangeliario.
  • Después, el Santo Padre sube desde la Confesión hasta el piso de la Basílica e inicia la procesión. Se cantan las Laudes Regiae (El Rey es Cristo), con algunas invocaciones tomadas del documento Lumen Gentium sobre la Iglesia (Concilio Vaticano II). Se invoca entonces a los santos, entre los que hay que notar, en particular después de los Apóstoles a los Santos Pontífices romanos, hasta el más reciente: San Pío X,. “Se pronuncia el nombre sólo de los Papas santos, no de los beatos”, ha aclarado Lombardi. La procesión hace su ingreso en la explanada de San Pedro.
  • "Concelebran con Francisco los cardenales presentes en Roma ,a los que hay que añadir los Patriarcas y Arzobispos Mayores Orientales presentes (6), el Secretario del Colegio Cardenalicio y dos Padres generales religiosos: el de los Franciscanos menores, Padre, José Rodríguez Carballo - que es el presidente de la Unión de los Generales - y el de los jesuitas, Padre Adolfo Nicolás Pachón, que es el vicepresidente). En total, los concelebrantes serán unos 180 y se sitúan en el lado izquierdo (delante de los eclesiásticos, no de las delegaciones de las autoridades)".

    Ritos específicos del inicio del ministerio petrino

    Antes del inicio de la Misa tienen lugar los ritos específicos del inicio del ministerio petrino:
  • La imposición del palio (puesto sobre los hombros, hecho de lana de corderos y ovejas, recuerda al Buen Pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida: el del Papa tiene cruces rojas del Papa, mientras los de los metropolitanos tienen cruces negras. Es el mismo utilizado por Benedicto XVI. Su imposición corre a cargo del cardenal Protodiácono (Jean-Louis Tauran) y después de la imposición el cardenal protopresbítero (Godfried Daneels), reza una oración.
  • La entrega del "Anillo del pescador" -Pedro es el apóstol pescador :"pescador de hombres"- la hace el Cardenal Decano ,el Primero del Orden de los Obispos, es decir el cardenal Angelo Sodano. “El anillo lleva la efigie de San Pedro con las llaves. Su autor es Enrico Manfrini. El anillo estaba en posesión del arzobispo Pasquale Macchi, que fue secretario de Pablo VI y después pasó a Monseñor Ettore Malnati, que se lo ofreció al cardenal Giovanni Battista Re. Está hecho de plata dorada”.
  • El rito de la "obediencia" lo cumplen seis cardenales, dos por cada orden, entre los primeros de los presentes. Hay que recordar que todos los Cardenales electores han declarado ya obediencia al Papa en la Capilla Sixtina al final del Cónclave, y se han encontrado con Francisco en el Vaticano en la audiencia en la Sala Clementina. Lombardi ha especificado que durante la “toma de posesión de la Catedral de Roma - San Juan de Letrán -, que corresponde al Papa como obispo de Roma, está previsto que la obediencia la presten los representantes de los diferentes componentes del pueblo de Dios”.

    La Santa Misa
  • La Misa de mañana es la de la Solemnidad de San José con sus propias lecturas (es decir, las lecturas no están directamente relacionadas con el rito de la Inauguración del Pontificado).
  • El Evangelio se lee en griego, como en las solemnidades más importantes, para manifestar que la Iglesia universal se compone de las grandes tradiciones de Oriente y Occidente. "El latín - ha dicho Lombardi- ya está abundantemente presente en otras partes oraciones y partes de la misa".
  • El Papa pronunciará la homilía en italiano y, como es su estilo, probablemente no seguirá fielmente un texto, sino que improvisará.
  • "Se prevé que la celebración no dure más de dos horas, quizás incluso menos y siempre para simplificar y hacer que el rito no sea demasiado largo - ha añadido Lombardi- no habrá procesión de las ofrendas. Las ofrendas las llevan los monaguillos que preparan el altar. Asimismo, el Papa no distribuirá la comunión, lo harán los diáconos al lado de la basílica y los sacerdotes situados en los diversos sectores".
  • Por cuanto respecta a la música. 


  • - A la entrada del Papa en la basílica: toques de las trombas de plata e interpretación del "Tu es Petrus". 
    - Canto de "Laudes Regiae" en la procesión desde la tumba de San Pedro a la iglesia. 
    - Conjunto de 14 instrumentos de viento en diferentes momentos de la celebración. 
    - Ofertorio: Motete "Tu es pastor ovium - Tu eres el pastor de las ovejas", compuesta por Pierluigi da Palestrina para la inauguración de los pontificado. 
    - "Te Deum" final con versos alternados: gregoriano y melodía de Tomás Luis de Vitoria. 

  • No habrá Ángelus porque no es domingo
  • Al final de la misa, el Papa, una vez que se haya despojado de las vestiduras litúrgicas, irá al altar central de la Basílica, para saludar a los jefes de las delegaciones oficiales de los diferentes países, que desfilan ante él.
  • Luego irá a Santa Marta para el almuerzo.


    Delegaciones que asisten a la ceremonia

    “Las delegaciones -ha subrayado el Padre Lombardi- vienen a Roma siguiendo las informaciones, que sobre este acontecimiento envía el Secretario de Estado. No hay “invitaciones". Todos aquellos que quieran venir son bienvenidos. Ninguno es privilegiado o rechazado. El orden depende del protocolo y el nivel de la Delegación. Es importante que quede bien claro”.

    Las principales delegaciones previstas hasta el momento son:
  • Por parte de las Iglesias y denominaciones cristianas: 33 delegaciones (14 orientales, 10 occidentales, 3 organizaciones cristianas, y otros)
  • Hay que señalar la presencia del patriarca ecuménico Bartolomé I; Catholikos armenio Karekin II de Etchmiadzin; del Metropolitano Hilarión del Patriarcado de Moscú; Muchos Metropolitanos; el Arzobispo anglicano de York, John Tucker Mugabi Sentamu; el Secretario del Consejo Mundial de Iglesias Fykse Tveit, etc.
  • Muy importante la delegación judía (16 miembros. Representantes de la Comunidad Judía de Roma; Comités judíos internacionales; el Gran Rabinato de Israel, World Jewish Council, Anti-Defamation League ...).
  • También hay delegaciones musulmanas, budistas, sikh y jainistas.
  • Hasta la fecha han anunciado su presencia las delegaciones procedentes de 132 países de diversa amplitud y nivel.
  • Hay seis soberanos reinantes (Bélgica, Mónaco). 31 Jefes de Estado o de Organizaciones Internacionales, (Austria, Brasil, Chile, México, Canadá, Polonia, Portugal, Unión Europea ...) 3 Príncipes herederos (España, Holanda, Bahrein) 11 Jefes de Gobierno (Alemania, Francia, ... el vicepresidente de Estados Unidos y también hay delegaciones encabezadas por primeras Damas, vicepresidentes, vice-primeros ministros, presidentes del Parlamento, ministros, embajadores, otros dignatarios. 


  • "Lo miró con misericordia y lo eligió"

    Escudo y lema del papa Francisco
    VATICANO, 18 Mar. 13 / 11:42 am (ACI/EWTN Noticias).- El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, explicó esta mañana en conferencia de prensa que el escudo del Papa Francisco es esencialmente el mismo de cuando era Arzobispo y que su lema es "Miserando atque eligendo", que puede traducirse como "Lo miró con misericordia y lo eligió" o "Amándolo lo eligió".
    En los trazos esenciales el Papa Francisco ha decidido conservar el mismo emblema que mantuvo desde su consagración episcopal, particularmente caracterizado por la sencillez.
    El escudo azul aparece coronado por los símbolos de la dignidad pontificia iguales a aquellos elegidos por su predecesor Benedicto XVI: la mitra colocada al centro y en alto con las llaves entrecruzadas, una representada con el color del oro y la otra con el de la plata, unidas (en la parte baja de la imagen) por un lazo rojo.
    En alto, aparece el emblema de la Compañía de Jesús (jesuitas) a la que pertenece: un sol radiante con, al centro y letras rojas, la inscripción IHS, el monograma de Cristo. Sobre la letra H se apoya la cruz, en punta, con los tres clavos en negro colocados a la base.
    En la parte inferior se ve la estrella y la flor de nardo. La estrella, siguiendo la antigua tradición heráldica, simboliza a la Santísima Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; mientras la flor de nardo evoca la figura de San José, el patrono de la Iglesia universal cuya fiesta se celebra este 19 de marzo, día de la inauguración del pontificado.
    En la tradición iconográfica hispánica San José aparece representado con un ramo de flor de nardo en la mano. Al colocar en su escudo estas imágenes, el Papa ha querido expresar su propia y particular devoción hacia la Virgen Santísima y San José.
    El lema
    El lema del Santo Padre Francisco está tomado de las Homilías de San Beda el Venerable sacerdote (Hom. 21; CCL 122, 149-151), quien, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe:
    "Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me", que evoca el siguiente pasaje: "Jesús vio a un hombre, llamado Mateo, sentado ante la mesa de cobro de los impuestos, y le dijo: ‘Sígueme’. Lo vio más con la mirada interna de su amor que con los ojos corporales. Jesús vio al publicano, y lo vio con misericordia y eligiéndolo, (miserando atque eligendo), y le dijo Sígueme, ‘Sígueme’, que quiere decir: ‘Imítame’. Le dijo "Sígueme", más que con sus pasos, con su modo de obrar. Porque, quien dice que está siempre en Cristo debe andar de continuo como él y anduvo".
    La homilía de San Beda el Venerable, presbítero es un homenaje a la misericordia divina y aparece reproducida en la Liturgia de las Horas en la fiesta de San Mateo que además reviste un significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del Papa.
    En la fiesta de San Mateo de1953, el joven Jorge Mario Bergoglio experimentó –a la edad de 17 años- en un modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después y tras una confesión, se sintió tocado en el corazón y advirtió que sobre sí mismo descendía la misericordia de Dios, quien con mirada de tierno amor, lo llamaba a la vida religiosa en la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola.?
    Una vez Obispo, el entonces Mons. Bergoglio, en recuerdo de ese momento que lo marcó profundamente, decidió elegir como lema la expresión de San Beda "miserando atque eligendo" que ha querido reproducir también el propio escudo pontificio.


    San Francisco predica a los pájaros


    -- Esperad un momento, que voy a predicar a los hermanos pájaros.


    Y así diciendo, se entró por el campo en dirección al terreno ocupado por las aves, las cuales, cuando le vieron venir, le salieron también al encuentro, tanto las que estaban en el suelo como las que poblaban las ramas de los árboles; luego se quedaron todas quietas y tan vecinas a él, que muchas le tocaban el hábito.
    Y Francisco habló así a los pájaros:
    -- ¡Carísimos hermanos pájaros! Mucho debéis vosotros a Dios, y es menester que siempre y en todas partes les alabéis y bendigáis: he aquí que os ha dado esas alas, con que medís y cruzáis en todas direcciones el espacio. Él os ha adornado con ese manto de mil y mil colores lindos y delicados. Él cuida solícito de vuestro sustento, sin que vosotros tengáis que sembrar ni cosechar, y apaga vuestra sed con las límpidas aguas de los arroyuelos del bosque, y puso en vuestras gargantas argentinas voces con que llenáis los aires de dulcísimas armonías. Y para vosotros, para vuestro abrigo y recreo, levantó las colinas y los montes, y aventó y suspendió las abruptas rocas. Y para que tuviéseis donde fabricar vuestros nidos, creó y riega y mantiene la enmarañada floresta. Y para que no tengáis que afanaros en hilar ni en tejer, cuida de vuestro vestido y del de vuestros hijuelos. ¡Oh!, mucho os ama vuestro soberano Creador, cuando os colma de tantos beneficios. Guardaos, pues, oh mis amados hermanitos, de serle ingratos, y pagadle siempre el tributo de alabanzas que le debéis.
    No bien calló Francisco cuando los pajarillos empezaron a abrir sus picos y, batiendo las alas, tendiendo el cuello, inclinando al suelo la cabeza y haciendo mil otros graciosos meneos, prorrumpieron en alegres trinos, con que demostraban entero asentimiento a las palabras del santo predicador. Éste, por su parte, lleno de contento y gozo, no se hartaba de contemplar tanta multitud y variedad de pájaros, tan mansos y dóciles. Y alabó también él al Señor y les encargó a ellos que nunca se cansasen de alabarle.
    Y habiendo Francisco terminado su predicación y exhortación, hizo sobre sus alados oyentes la señal de la cruz para bendecirlos, y ellos al punto se lanzaron a los aires exhalando cantos maravillosos, y pronto se separaron y dispersaron en todas direcciones» (Actus 17; Flor 16; 1 Cel 58; LM 12,3).

    domingo, 17 de marzo de 2013

    PRIMER ANGELUS DEL PAPA FRANCISCO



    "No olvidemos que Dios nunca se cansa de perdonarnos, somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón". Con palabras simples claras y directas, Papa Francisco celebró este domingo el primer Angelus de su pontificado.
    Fiel a ese estilo nuevo de ruptura, ajeno a toda la pompa y el protocolo del Vaticano, el primer papa argentino fue ovacionado por una más de 150.000 personas que desbordaron la Plaza de San Pedro y se emocionaron con su forma de ser normal, por su forma de hablar sencilla y sentido del humor.
    Como ya había hecho a la mañana, cuando celebró su primera misa publica en la Iglesia de Santa Ana, parroquia del Vaticano, papa Francisco habló de la misericordia de Dios. Comentando el Evangelio del quinto domingo de Cuaresa, cuando Jesús salva a la mujer adúltera de la condena, destacó, una y otra vez, que "el rostro de Dios es misericordioso".

    sábado, 16 de marzo de 2013

    CARTA DEL CARDENAL BERGOGLIO,HOY PAPA FRANCISCO, A LOS CURSILLISTAS



    Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los Cursillistas de la arquidiócesis 

    (13 de Junio de 2011, Fiesta de María, Madre de la Iglesia)


     Queridos Cursillistas:


    “La buena semilla son los que pertenecen al Reino” (Mt 13,38)

    En la proximidad de la solemnidad de S. Pablo, vuestro patrono y modelo de cómo “vivir de colores” damos gracias a Dios por todos los frutos, que a lo largo de los años, la Obra de los Cursillos de Cristiandad le ha brindado generosamente a la Iglesia.
    Vuestro servicio de anunciar a Cristo siendo sus testigos en los ambientes cotidianos, es vivenciar, renovar en forma concreta el Bautismo que en El hemos recibido y los convierte en discípulos y misioneros de la Palabra, según lo expresado en la “Const. de la Iglesia”: “A este apostolado, todos están llamados por el mismo Señor, en razón del Bautismo y la Confirmación” (Nº 33).
    Les escribo conciente de las dificultades que presenta la inculturación del Evangelio en la sociedad actual y en la confianza que vuestra audacia y fervor apostólico, nacidos del encuentro personal consigo mismo y con Cristo los lleve a hacer historia, en función del bien, para que muchos hermanos, excluidos o no, que viven en la periferia se sientan abrazados por el amor de Jesús.
    Ser peregrinos en nuestra Ciudad significa no instalarnos, estar abiertos a la vida y prestar atención a lo que pasa en nuestro corazón como un buen samaritano ante la realidad difícil de tantos hermanos.
    Es necesario que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad a través de la participación de todos, continúe su camino de conversión pastoral como nos propone Aparecida.
    Como Cursillistas en tiempos difíciles deben pedir a Dios la Gracia de tener muchos ahijados, de tener siempre un precursillo en marcha, para no caer en la desesperanza que paraliza y angustia. El regalo del Kerigma que recibieron en el Cursillo es misionante como propone el trípode (piedad, estudio y acción).
    Como Iglesia Arquidiocesana necesitamos la unidad de todos en Cristo, para que El, sólo El reine en nuestros corazones y poder así reconocerlo como los discípulos en Emaús.
    Al darte gracias por tu peregrinar como cursillista te pido que no dejes de renovar en Jesús Eucaristía tu ardor y fervor apostólico y el de tus hermanos de Reunión de Grupo.
    Hoy más que nunca necesitamos que tu cercanía en los ambientes sea luz y alegría para tantos hermanos que ignoran que Dios es un Padre que los ama con ternura.
    Hoy más que nunca necesitamos tu presencia para que muchas familias encuentren en el amor trascendente de Cristo, una nueva y más grande dimensión del amor humano.
    Hoy más que nunca necesitamos de tu persona y tu testimonio en las Ultreyas, para seguir “adelante”, más allá, en el anuncio y vivencia del Kerigma.
    Les pido por favor que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen, Madre de la Divina Gracia, los cuide.
    Afectuosamente.

    Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires