jueves, 28 de febrero de 2013

Despedida de Benedicto XVI



En su adiós, un Papa conmovido afirmó: "No abandono la cruz"

La plaza vibró con las palabras finales de su pontificado; admitió que, en los últimos ocho años, vivió momentos "en los que las aguas estaban agitadas y el viento contrario, y el Señor parecía dormir"
Por Elisabetta Piqué  | LA NACION
ROMA.- "Siempre supe que la barca de la Iglesia no es mía, ni nuestra, sino que es del Señor, que no deja que se hunda." "No abandono la cruz, sino que me quedo en modo nuevo, junto al Señor crucificado."
Benedicto XVI se despidió ayer del trono de Pedro con una catequesis monumental.
Ante más de 150.000 fieles acongojados , cardenales, obispos, jefes de Estado y diplomáticos que invadieron la Plaza San Pedro, el pontífice que con su renuncia marcó a fuego la historia moderna de la Iglesia en su última aparición pública dejó un testamento.
En un texto de alto vuelo dirigido a los fieles de todo el mundo, pareció responder a las críticas y especulaciones de las últimas semanas, marcadas por el desconcierto ante una decisión inesperada.
Habló de sus casi ocho años de pontificado, en los que admitió haber tenido momentos "no fáciles", cuando "el Señor parecía dormir".
Agradeció a Dios y a todos sus colaboradores porque "un papa no está solo en la guía de la barca de Pedro", y mencionó especialmente a su cuestionado secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone. También explicó, una vez más, el sentido de su renuncia "por el bien de la Iglesia".
Ovacionado por aplausos interminables, vivas y coros escalofriantes, el Papa, que cumplirá 86 años en abril, admitió estar emocionado. "¡Gracias! ¡Estoy conmovido! ¡Veo una Iglesia viva!", dijo al comenzar a pronunciar la última catequesis de su pontificado. Lució sin embargo muy sereno, sonriente y sobre todo libre. Como si se hubiera sacado un enorme peso de encima.
Al llegar a la Plaza San Pedro, que recorrió en el papamóvil saludando y bendiciendo bebes que le alcanzaban desde la multitud, lo esperaba un mar de carteles. La mayoría decían "¡Gracias!" y "Tú eres Pedro, te amamos".
"Aquí se puede tocar con la mano lo que es la Iglesia: no una organización, no una asociación para fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos", dijo el Papa, reconfortado por el inmenso afecto recibido.
"Experimentar la Iglesia de este modo y poder casi tocar físicamente la fuerza de su verdad y de su amor, es un motivo de alegría, en un tiempo en que tantos hablan de su declinación", agregó.
El Papa -que hoy, a las 20 (las 16 de la Argentina), dejará de ser papa y viajará a Castel Gandolfo- recordó su elección al trono de Pedro, el 19 de abril de 2005. "En ese momento, como ya expresé muchas veces, las palabras que resonaron en mi corazón fueron: ¿Señor, qué me pides? Es un peso grande el que pones sobre mis espaldas, pero si tú me lo pides, sobre tu palabra tiraré las redes", dijo, en un discurso varias veces interrumpido por aplausos sentidos.
Acto seguido, aseguró que Dios siempre lo guió en sus ocho años de papado, en los que hubo tiempos de luz y tiempos que no fueron fáciles. "Hubo momentos en los que las aguas estaban agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir", reconoció. "Pero siempre supe que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino del Señor, que no deja que se hunda", sentenció.
Pese a que muchos expertos interpretan su salida de escena como una rebelión extrema ante las luchas de poder expuestas con el escándalo VatiLeaks, dijo que nunca se sintió solo "al llevar la alegría y el peso del ministerio petrino".

AGRADECIMIENTOS

Quizá tratando de callar esas voces que describen un clima envenenado a su alrededor, y luego de recordar que "Dios nos ama, pero espera que también nosotros lo amemos", tuvo palabras de agradecimiento para todos.
Para los cardenales, "por su sabiduría, consejos y amistad", para su cuestionado brazo derecho Bertone, "que me acompañó con fidelidad todos estos años", para la curia romana, "como también a todos aquellos que, en los varios sectores, prestan su servicio a la Santa Sede".
Agradeció a los obispos, a los religiosos y religiosas de todo el mundo, a los diplomáticos, a los periodistas y a los fieles de todo el mundo. "Quisiera que mi saludo de agradecimiento llegara a todos: el corazón del Papa se extiende al mundo entero", insistió con voz clara.
Y volvió a explicar su dramática decisión de dejarlo todo e irse. "En estos últimos meses, sentí que mis fuerzas habían disminuido y le pedí a Dios con insistencia, en la oración, de iluminarme con su luz para hacerme tomar la decisión más justa no para mi bien, sino por el bien de la Iglesia", aseguró.
"He dado este paso conociendo plenamente su gravedad y su novedad, pero también con una profunda serenidad de espíritu. Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, sufridas, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno mismo", reiteró.
En lo que muchos interpretaron como una respuesta a una crítica que le llegó del mismo ex secretario privado de Juan Pablo II, el cardenal Estanislao Dziwisz, que el día de su renuncia, el 11 de febrero, dijo que "nadie baja de la cruz", Benedicto XVI cerró su última catequesis poniendo los puntos sobre las íes.
"No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recibimientos, conferencia, etcétera. No abandono la cruz, sino que me quedo de un modo nuevo junto al Señor crucificado", aseguró, agregando que se quedará al servicio de la Iglesia a través de la oración.

PALABRAS DE DESPEDIDA

Benedicto XVI habló del significado que asigna a su renuncia
  • "No abandono la cruz, sino que me quedo en modo nuevo, junto al Señor crucificado"
  • "Siempre supe que la barca de la Iglesia no es mía, ni nuestra, sino que es del Señor, que no deja que se hunda"
  • "He dado este paso conociendo plenamente su gravedad y novedad, pero con profunda serenidad de espíritu"
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Del editor: cómo sigue.
Poco tiene que ver este Ratzinger con el que fue elegido papa. Éste parece haber dicho y hecho en dos semanas lo que no hizo en ocho años.-

martes, 12 de febrero de 2013

MIÉRCOLES DE CENIZA




La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.





Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

  • “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la           vida”

  • “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"

  • “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

  •   La imposición de las  cenizas no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección. 

     Debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a donde vamos, de analizar como es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.

    lunes, 11 de febrero de 2013

    Como se elige al nuevo Papa


    El complejo proceso de selección de un nuevo Pontífice


    1. Convocatoria de los cardenales

     Cardenales de todo el mundo deben viajar a Roma. En general, este proceso se da ante la muerte de un Pontífice. Para ello, tienen que estar presentes en el funeral del Papa y participar en nueve días de duelo oficial. Pero también deben elegir un sucesor.
     En este punto, la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI presenta un escenario diferente.
    Los cardenales son los miembros más encumbrados del clero y son conocidos como los "príncipes" de la Iglesia. Entre ellos hay arzobispos de ciudades importantes y jefes de dependencias del Vaticano. Son responsables del destino de la religión. Uno de ellos es elegido Papa.



    2. El cónclave.

    La elección de un nuevo Papa se realiza en secreto, durante un acto único en el mundo. Los cardenales se recluyen en el Vaticano hasta decidir el nombre del sucesor. El proceso puede tomar días y en siglos anteriores hubo casos en los que duró semanas, meses y hasta años. La reunión se conoce como Cónclave, e indica que los cardenales se reunen "bajo llave". No se les permite ningún contacto con el mundo exterior hasta que todo termine.
    Para encontrar el reemplazo de Benedicto XVI, el cónclave se llevará a cabo en marzo. El 28 de febrero de acaba el mandato del actual Pontífice. Y a partir de ese momento su cargo queda vacante y comienza la elección

    .3. La votación.


    Humo blanco
     La elección tiene lugar en la Capilla Sixtina y sus detalles jamás se revelan. La pena por romper el silencio es la excomunión. Cada cardenal escribe su voto en el trozo de una tarjeta y luego pliega el papel y lo coloca en una bandeja. El sufragio es volcado en un cáliz. No se admite discusión alguna.
    Una vez que todos los cardenales se expresan, se cuentan los votos y se lee en voz alta el logro de cada candidato. Los trozos de tarjeta son unidos con hilo y aguja. Al final de dos rondas de elección, los papeles se colocan en un hornillo y son quemados.
    El estricto secreto implica que la única señal de lo que ocurre en la Capilla Sixtina proviene del humo que surge dos veces al día de la chimenea, visible a las multitudes que aguardan en la plaza de San Pedro. El humo blanco indica que se ha nombrado Papa; el negro, que ningún candidato ha logrado un número suficiente de votos



    4.Se anuncia el nuevo Pontífice

    Habemus Papam
     El nombre del sucesor de Pedro no se revela inmediatamente al mundo.
    Luego de que el nuevo Papa es felicitado por el resto de los cardenales, se ajusta su vestimenta. El sastre papal tiene listas prendas de todas las tallas, pero deben hacerse retoques de último momento.
    El nombre se revela y pronto las puertas del balcón se abren para que se produzca la primera aparición pública del Pontífice consagrado, frente a cientos de miles de personas.

    RENUNCIO EL PAPA BENEDICTO XVI

    Texto de la renuncia

    "Queridísimos hermanos:

    Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.

    Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

    Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

    Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.

    Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria."


    sábado, 2 de febrero de 2013

    FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

    FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
    HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
    III Jornada de la vida consagrada
    Martes 2 de febrero de 1999
    1. «Luz para alumbrar a las naciones» (Lc 2, 32).

    Presentación del Señor
    El pasaje evangélico que acabamos de escuchar, tomado del relato de San Lucas, nos recuerda el acontecimiento que tuvo lugar en Jerusalén el día cuadragésimo después del nacimiento de Jesús: su presentación en el templo. Se trata de uno de los casos en que el tiempo litúrgico refleja el histórico, pues hoy se cumplen cuarenta días desde el 25 de diciembre, solemnidad de la Navidad del Señor.
    Este hecho tiene su significado. Indica que la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo constituye una especie de bisagra, que separa y a la vez une la etapa inicial de su vida en la tierra, su nacimiento, de la que será su coronación: su muerte y resurrección. 
    Hoy concluimos definitivamente el tiempo navideño y nos acercamos al tiempo de Cuaresma, que comenzará dentro de quince días con el miércoles de Ceniza.
    La Iglesia vive del evento y del misterio. En este día vive del evento de la Presentación del Señor en el templo, tratando de profundizar en el misterio que encierra. En cierto sentido, sin embargo, la Iglesia ahonda en este acontecimiento de la vida de Cristo cada día, meditando en su sentido espiritual. En efecto, cada tarde, en las iglesias y en los monasterios, en las capillas y en las casas, resuenan en todo el mundo las palabras del anciano Simeón que acabamos de proclamar:
    «Ahora Señor, según tu promesa
    puedes dejar a tu siervo irse en paz.
     Porque mis ojos han visto
    a tu Salvador, 
    a quien has presentado
    ante todos los pueblos:
    luz para alumbrar a las naciones
    y gloria de tu pueblo, Israel»
    (Lc 2, 29-32).
     Así oró Simeón, a quien le fue concedido llegar a ver el cumplimiento de las promesas de la antigua alianza. Así ora la Iglesia, que, sin escatimar energías, se prodiga para llevar a todos los pueblos el don de la nueva alianza.
    En el misterioso encuentro entre Simeón y María se unen el Antiguo Testamento y el Nuevo. Juntamente el anciano profeta y la joven Madre dan gracias por esta Luz, que ha impedido que las tinieblas prevalecieran. Es la luz que brilla en el corazón de la existencia humana: Cristo, el Salvador y Redentor del mundo, «luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel».
    Amén.

    Yo estoy contigo


        El rechazo no agrada. El desprecio y el fracaso no son gratos. La sensación de “no lograr nada”: el no ver el resultado de nuestros esfuerzos pueden llevarnos a la tristeza, la frustración, la tentación de abandonarlo todo. Frente a este estado de ánimo tan “natural”, el Señor nos dice: No te dejes intimidar (…) no te derrotarán, porque YO ESTOY CONTIGO.
    Todo cristiano es profeta, Dios nos ha elegido y consagrado (por el bautismo) para anunciar su amor allí donde la vida nos ha colocado con las “muchas o pocas cualidades” que creamos poseer.
    La poderosa palabra de Dios nos invita a ser valientes, a no aflojar. La Iglesia nos necesita, el mundo nos necesita. La razón de nuestra confianza es que Jesús está con nosotros:
    YO ESTOY CONTIGO.

    Señor Jesús, líbrame del miedo y el desánimo. Ayúdame a aceptar con sencillez mi lugar en el mundo, confiando no en mis fuerzas, sino en tu constante apoyo.
    Cristo y yo .......... mayoría aplastante!!!

    El rezo del Santo Rosario

    Leyenda sobre su origen

             
    Santo Rosario
       Estoy seguro de que todos conocemos esta bella oración que es el Santo Rosario. pero pocos conocemos su origen.Yo siempre me preguntaba ¿A quién se le habrá ocurrido repetir las Aves Marías tantas veces? ¿Que sentido tiene?, etc.
     Una leyenda cuenta que un Hermano Lego (que no era sacerdote) de la Orden de los Dominicos, no sabía leer ni escribir, por lo que no podía leer los Salmos, como era la costumbre en los conventos de la época. Entonces, cuando terminaba sus labores por la noche (él era el portero, el barrendero, el hortelano, etc...) se iba a la capilla del convento y se hincaba frente a la imagen de la Virgen María , y recitaba 150 avemarías (el número de los salmos), luego se retiraba a su celda a dormir. Por la mañana, de madrugada, se levantaba antes que todos sus hermanos y se dirigía a la capilla para repetir su costumbre de saludar a la Virgen.
     El Hermano Superior notaba que todos los días, cuando él llegaba a la capilla para celebrar las oraciones de la mañana con todos los monjes, había un exquisito olor a rosas recién cortadas y le dio curiosidad, por lo que preguntó a todos quién se encargaba de adornar el altar de la Virgen tan bellamente, a lo que la respuesta fue que ninguno lo hacía, y los rosales del jardín no se notaban faltos de sus flores. 
    El Hermano lego enfermó de gravedad; los demás monjes notaron que el altar de la Virgen no tenía las rosas acostumbradas, y dedujeron que era el Hermano quien ponía las rosas. ¿Pero cómo? Nadie le había visto nunca salir del convento, ni sabía que comprara las bellas rosas. 
    Una mañana les extrañó que se había levantado pero no lo hallaban por ninguna parte. Al fin, se reunieron en la capilla, y cada monje que entraba quedaba asombrado, pues el hermano lego estaba arrodillado frente a la imagen de la Virgen, recitando extasiado sus avemarías, y a cada una  que dirigía a la Señora, una rosa aparecía en los floreros. Así al terminar sus 150 saludos, cayó muerto a los pies de la Virgen.

    Ahora se comprende y cada vez que lo recen, cada Ave María es una preciosa rosa para la Virgen. 

    Beato Juan Pablo II
      Con el correr de los años, Santo Domingo de Guzmán, (se dice que por revelación de la Santísima. Virgen ) dividió las 150 avemarías en tres grupos de 50, y los asoció a la meditación de la Biblia: Los Misterios Gozosos, los Misterios Dolorosos y los Misterios Gloriosos, a los cuales el Beato Juan Pablo II añadió los Misterios Luminosos. 


      Mi consejo personal: guarden un rosario, aunque sea de los pequeños, debajo de la almohada. Desde que tomé esa costumbre, se me solucionan los problemas más fácilmente, y es un buen método para los que tienen insomnio, verán que amanecen con el rosario en las manos y han tenido un buen descanso! 

    Guía para el rezo del Rosario

    Aporte: Cristina Roman de Avila